Encontrados 49 resultados para: doble
No te dejes llevar por la corriente, no estés en dos caminos a la vez; esto es propio del pecador que usa un doble lenguaje. (Sirácides (Eclesiástico) 5, 9)
No salgas a caminar con un hombre temerario, no sea que te doble la mano. Como él actuará según su antojo, sus locuras los perderán a ambos. (Sirácides (Eclesiástico) 8, 15)
Haz el bien al que es humilde, pero no des a un impío. Niégale el pan, no se lo des, pues llegaría a ser más poderoso que tú y te pagaría con el doble de mal tus buenas obras. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 5)
Hay generosidades que no producirán ningún provecho, hay otras que te producirán el doble. (Sirácides (Eclesiástico) 20, 10)
Toda maldad es una espada de doble filo, cuyas heridas son incurables. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 3)
Quien multiplica los juramentos acumula las transgresiones: el castigo no se alejará de su casa. Si falta a ellos por negligencia, ya pecó; si lo hace conscientemente, es doble pecado. El que hizo un juramento falso no será perdonado: su casa se llenará de desgracias (Sirácides (Eclesiástico) 23, 11)
Maldito el calumniador y su manera doble de hablar: ha contribuido a que perezcan muchas personas que vivían en paz. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 13)
Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues ha recibido de manos de Yavé doble castigo por todos sus pecados. (Isaías 40, 2)
Mira que te convierto en un rastrillo nuevo y con doble hilera de dientes:molerás los cerros y los harás polvo, y dejarás las lomas como paja. (Isaías 41, 15)
Por haber sido tan grande su humillación y no haberles tocado más que insultos, su suerte se restablecerá. Recibirán en el país de ellos el doble de todo y nunca se terminará su felicidad. (Isaías 61, 7)
doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua. (Jeremías 2, 13)
Les haré pagar el doble por su crimen y sus pecados, ya que profanaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos y llenaron mi propiedad con sus abominaciones. (Jeremías 16, 18)