Encontrados 75 resultados para: jueces del Antiguo Testamento

  • Cuando los lleven ante las sinagogas, los jueces y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir; (Evangelio según San Lucas 12, 11)

  • Durante unos cuatrocientos cincuenta años les dio jueces, hasta el profeta Samuel. (Hecho de los Apóstoles 13, 20)

  • Cuando alguien de ustedes tiene un conflicto con otro hermano, ¿cómo se atreve a ir ante jueces paganos en vez de someter el caso a miembros de la Iglesia? (1º Carta a los Corintios 6, 1)

  • En esos asuntos deberían poner de jueces a los últimos de la comunidad. (1º Carta a los Corintios 6, 4)

  • Toda persona que está en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado. (2º Carta a los Corintios 5, 17)

  • Hermanos, tomemos una comparación. Cuando alguien ha hecho su testamento en debida forma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. (Carta a los Gálatas 3, 15)

  • Ahora digo lo siguiente: si Dios ha hecho un testamento en debida forma, la Ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no pudo anularlo ni dejar sin efecto la promesa de Dios. (Carta a los Gálatas 3, 17)

  • Por eso Cristo es el mediador de un nuevo testamento o alianza. Por su muerte fueron redimidas las faltas cometidas bajo el régimen de la primera alianza, y desde entonces la promesa se cumple en los que Dios llame para la herencia eterna. (Carta a los Hebreos 9, 15)

  • Cuando hay un testamento, se debe esperar a la muerte del testador. (Carta a los Hebreos 9, 16)

  • El testamento no tiene fuerza mientras vive el testador, y la muerte es necesaria para darle validez. (Carta a los Hebreos 9, 17)

  • Por eso se derramó sangre al iniciarse el antiguo testamento. (Carta a los Hebreos 9, 18)

  • Cuando Moisés terminó de proclamar ante el pueblo todas las ordenanzas de la Ley, tomó sangre de terneros y de chivos, la mezcló con agua, lana roja e hisopo y roció el propio libro del testamento y al pueblo, diciendo: (Carta a los Hebreos 9, 19)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina