Encontrados 111 resultados para: Hablo

  • Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios. (Hechos 1, 3)

  • Y cuando el pueblo estaba congregadoen el desierto, él hizo de intermediario en el monte Sinaí, entre el ángel que le habló y nuestros padres, y recibió las palabras de vida que luego nos comunicó. (Hechos 7, 38)

  • La voz le habló de nuevo, diciendo: «No consideres manchado lo que Dios purificó». (Hechos 10, 15)

  • A lo que Pablo respondió: «No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que digo la verdad y hablo con sensatez. (Hechos 26, 25)

  • Entonces fijaron un día para encontrarse con él, y fueron a verlo en mayor número al lugar donde se alojaba. Pablo les habló durante todo el día sobre el Reino de Dios, dándoles toda clase de testimonio y tratando de persuadirlos para que creyeran en Jesucristo, a partir de la Ley de Moisés y de los Profetas. (Hechos 28, 23)

  • ¿Acaso ustedes ignoran, hermanos -hablo a gente que entiende de leyes- que el hombre está sujeto a la ley únicamente mientras vive? (Romanos 7, 1)

  • Aunque parezca que hablo en términos demasiado humanos, la Ley nos enseña lo mismo. (I Corintios 9, 8)

  • Les hablo como a gente sensata; juzguen ustedes mismos lo que voy a decirles. (I Corintios 10, 15)

  • Yo deseo que me paguen con la misma moneda. Les hablo como a mis propios hijos: también ustedes abran su corazón. (II Corintios 6, 13)

  • Yo siempre les hablo con toda franqueza y tengo sobrados motivos para gloriarme de ustedes. Esto me llena de consuelo y me da una inmensa alegría en medio de todas las tribulaciones. (II Corintios 7, 4)

  • y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que ustedes le prodigaron. Él nos habló del profundo afecto, del dolor y de la preocupación que ustedes sienten por mí, con lo cual me alegré más todavía. (II Corintios 7, 7)

  • Dicen que hemos sido demasiado débiles: lo admito para mi vergüenza. Pero de lo mismo que otros se jactan -y ahora hablo como un necio- también yo me puedo jactar. (II Corintios 11, 21)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina