Encontrados 415 resultados para: Ofrendas del Templo

  • Tampoco comerás en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, ni las primicias de tu ganado y tus rebaños, ni lo que hayas prometido al Señor mediante un voto, ni tus ofrendas voluntarias, ni tus dones. (Deuteronomio 12, 17)

  • y al término de ellas celebrarás la fiesta de las Semanas en honor del Señor, tu Dios, llevando tus ofrendas voluntarias, en la medida en que el Señor, tu Dios, te bendiga. (Deuteronomio 16, 10)

  • Los sacerdotes levitas -o sea, toda la tribu de Leví- no tendrán parte ni herencia con los israelitas: ellos se alimentarán de las ofrendas destinadas a los sacrificios y de la herencia del Señor. (Deuteronomio 18, 1)

  • A la tribu de Leví, en cambio, Moisés no le asignó ninguna herencia: las ofrendas hechas al Señor, el Dios de Israel, son su herencia, como él mismo se lo había declarado. (Josué 13, 14)

  • Luego le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélec contrató a unos hombres vagos y aventureros, que le sirvieron de escolta. (Jueces 9, 4)

  • Estos salieron al campo a vendimiar, pisaron las uvas, hicieron festejos y entraron en el templo de su dios. Después de comer y beber, maldijeron a Abimélec. (Jueces 9, 27)

  • Al enterarse, los señores de Migdal Siquém, se refugiaron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)

  • Después que comieron y bebieron en Silo, Ana se levantó. Mientras tanto, el sacerdote Elí estaba sentado en su silla a la puerta del Templo del Señor. (I Samuel 1, 9)

  • El pecado de esos ayudantes era muy grave delante del Señor, porque deshonraban las ofrendas del Señor. (I Samuel 2, 17)

  • Elegí a tu padre entre todas las tribus de Israel, para que fuera mi sacerdote y subiera a mi altar, para que hiciera arder el incienso y llevara el efod en mi presencia. Y asigné a la familia de tu padre todas las ofrendas que hacen quemar los israelitas. (I Samuel 2, 28)

  • ¿Por qué entonces pisotean mi sacrificio y mi ofrenda, que yo prescribí para mi Morada? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mí, haciéndolos engordar con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? (I Samuel 2, 29)

  • La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. (I Samuel 3, 3)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina