Encontrados 479 resultados para: Segundo Libro de Samuel

  • Entonces Elí lo llamó y le dijo: "Samuel, hijo mío". "Aquí estoy", respondió él. (I Samuel 3, 16)

  • Samuel le contó todo, sin ocultarle nada. Elí exclamó: "Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca". (I Samuel 3, 18)

  • Samuel creció; el Señor estaba con él, y no dejó que cayera por tierra ninguna de sus palabras. (I Samuel 3, 19)

  • Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel estaba acreditado como profeta del Señor. (I Samuel 3, 20)

  • El Señor continuó apareciéndose en Silo, porque era allí donde él se revelaba a Samuel. (I Samuel 3, 21)

  • Y la palabra de Samuel llegó a todo Israel. En aquellos días, los filisteos se reunieron para combatir contra Israel. Israel les salió al encuentro para el combate, y acamparon en Eben Ezer, mientras los filisteos acampaban en Afec. (I Samuel 4, 1)

  • Samuel dijo entonces a toda la casa de Israel: "Si ustedes se vuelven al Señor de todo corazón, dejen de lado a los dioses extraños y a las Astartés que hay en medio de ustedes; dirijan sus corazones hacia el Señor y sírvanlo sólo a él. Así el Señor los librará del poder de los filisteos". (I Samuel 7, 3)

  • Luego dijo Samuel: "Reúnan a todo Israel en Mispá, y yo rogaré al Señor por ustedes". (I Samuel 7, 5)

  • Ellos se reunieron en Mispá, sacaron agua y la derramaron delante del Señor; allí ayunaron aquel día, y dijeron: "¡Hemos pecado contra el Señor!". Y Samuel juzgó a los israelitas en Mispá. (I Samuel 7, 6)

  • y dijeron a Samuel: "No ceses de clamar por nosotros al Señor, nuestro Dios, para que nos salve del poder de los filisteos". (I Samuel 7, 8)

  • Entonces Samuel tomó un corderito y lo ofreció entero en holocausto al Señor. Luego clamó al Señor en favor de Israel, y el Señor lo escuchó. (I Samuel 7, 9)

  • Mientras Samuel ofrecía el holocausto, los filisteos se acercaron a combatir contra Israel. Pero aquel día, el Señor lanzó sus truenos con gran fragor sobre los filisteos. Así sembró la confusión entre ellos, y fueron desbaratados por Israel. (I Samuel 7, 10)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina