Encontrados 91 resultados para: dirigió

  • Además, el rey de Egipto se dirigió a las parteras de las mujeres hebreas -una de ellas se llamaba Sifrá y la otra Puá- (Exodo 1, 15)

  • Entonces dirigió una mirada a su alrededor, y como no divisó a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. (Exodo 2, 12)

  • Entonces dirigió su mirada hacia los israelitas y los tuvo en cuenta. (Exodo 2, 25)

  • Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel, al otro lado del Jordán, en el desierto, en la Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tofel y Labán, Jaserot y Dizahab. (Deuteronomio 1, 1)

  • Estas son las palabras que el Señor les dirigió en la montaña, cuando todos ustedes estaban reunidos. Él les habló con voz potente, desde el fuego, la nube y una densa oscuridad. No añadió nada más, sino que escribió esas palabras en las dos tablas de piedra que me entregó. (Deuteronomio 5, 22)

  • Entonces el Señor me entregó las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, donde estaban todas las palabras que él les dirigió en la montaña, desde el fuego, el día de la asamblea. (Deuteronomio 9, 10)

  • Así el pueblo estableció todo su campamento al norte de la ciudad, mientras la retaguardia permanecía al oeste. Aquella noche Josué se dirigió al medio del valle. (Josué 8, 13)

  • Aquella vez, cuando el Señor puso a los amorreos en manos de los israelitas, Josué se dirigió al Señor y exclamó, en presencia de Israel: "Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Aialón". (Josué 10, 12)

  • Ahora ves que el Señor me ha conservado la vida conforme a su promesa. Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor dirigió esta palabra a Moisés, cuando todavía Israel iba por el desierto. Ahora tengo ochenta y cinco años, (Josué 14, 10)

  • El hombre se dirigió al país de los hititas, y fundó una ciudad, a la que llamó Luz. Este es el nombre que tiene hasta el día de hoy. (Jueces 1, 26)

  • Sansón se dirigió a Gaza. Allí vio a una prostituta y entró en su casa. (Jueces 16, 1)

  • El pueblo se dirigió a Betel, y allí estuvieron sentados delante del Señor hasta la tarde, sollozando y derramando abundantes lágrimas. (Jueces 21, 2)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina