Encontrados 91 resultados para: dirigió

  • Entonces el profeta Jeremías se dirigió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, que estaban de pie en la Casa del Señor, (Jeremías 28, 5)

  • Estas son las palabras que el Señor dirigió a Israel y a Judá: (Jeremías 30, 4)

  • Palabra que el profeta Jeremías dirigió a Baruc, hijo de Nerías, cuando él, bajo el dictado de Jeremías, escribía estas palabras en un rollo, en el cuarto año de Joaquím, hijo de Josías, rey de Judá: (Jeremías 45, 1)

  • Palabra que el Señor dirigió al profeta Jeremías, cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó para atacar al país de Egipto. (Jeremías 46, 13)

  • Palabra que el Señor dirigió al profeta Jeremías acerca de Elám, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá: (Jeremías 49, 34)

  • Palabra que el Señor dirigió a Babilonia, al país de los caldeos, por medio del profeta Jeremías: (Jeremías 50, 1)

  • La gloria del Dios de Israel se levantó de encima de los querubines sobre los cuales estaba, se dirigió hacia el umbral de la Casa, y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escriba en la cintura. (Ezequiel 9, 3)

  • La gloria del Señor se elevó por encima del querubín y se dirigió hacia el umbral de la Casa: la nube llenó la Casa, y el atrio se llenó de la claridad de la gloria del Señor. (Ezequiel 10, 4)

  • El Señor me dirigió su palabra en estos términos: (Ezequiel 12, 17)

  • Pero había otra águila grande, de grandes alas y abundante plumaje, y esa vid le tendió ansiosamente sus raícesy dirigió sus ramas hacia ella, para que la regara mejor que el terreno donde había sido plantada. (Ezequiel 17, 7)

  • Entonces Daniel se dirigió con cautela y discreción a Arioc, capitán de guardias del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. (Daniel 2, 14)

  • El rey se dirigió a Daniel y le dijo: "Realmente, el Dios de ustedes es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, y el que revela los misterios, porque tú has podido revelarme este misterio". (Daniel 2, 47)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina