Encontrados 169 resultados para: Jamás

  • Contempla a Sión, la ciudad de nuestras fiestas; tus ojos verán a Jerusalén, como mansión segura, tienda que no se arranca; no se moverán jamás sus estacas, ni se romperá ninguna de sus cuerdas. (Isaías 33, 20)

  • El que se alimenta de ceniza, engañando el corazón, está perdido. No salvará su vida, y no dirá jamás: "¿No es un engaño lo que tengo en mi diestra?". (Isaías 44, 20)

  • Como la arena sería tu descendencia, como sus granos el fruto de tus entrañas. Tu nombre no hubiera sido jamás borrado y extirpado de mi presencia. (Isaías 48, 19)

  • Reyes tendrán por ayos y princesas por nodrizas; rostro en tierra se prosternarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy el Señor, que los que en mí esperan jamás son defraudados. (Isaías 49, 23)

  • muchos pueblos se llenarán de asombro; a su vista los reyes cerrarán la boca, porque verán un suceso no contado jamás y contemplarán algo inaudito. (Isaías 52, 15)

  • Se le preparó una tumba entre los criminales, en su muerte se le juntó con malhechores, siendo así que él jamás cometió injusticia ni hubo engaño en su boca. (Isaías 53, 9)

  • No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna, porque el Señor será tu luz eterna, cumplidos ya los días de tu duelo. (Isaías 60, 20)

  • de las que nadie jamás había sabido! Ni oído alguno oyó, ni ojo alguno vio jamás, fuera de ti, un Dios que hiciera tanto con quien confía en él. (Isaías 64, 3)

  • ¿Quién vio jamás cosa igual? ¿Quién vio una cosa semejante? ¿Se puede dar a luz a un país en sólo un día? ¿Un pueblo puede ser alumbrado de una vez? Pues apenas sentidos los dolores, Sión ha dado a luz a sus hijos. (Isaías 66, 8)

  • Llegad a las costas de Chipre y mirad; enviad a Quedar para informaros si sucedió jamás cosa semejante. (Jeremías 2, 10)

  • Han construido los lugares de culto de Tofet, en el valle de Ben-Hinnón, para quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego, cosa que yo no les ordené ni se me ocurrió jamás. (Jeremías 7, 31)

  • Jamás he ido a divertirme a una reunión de burlones; bajo el peso de tu mano he estado solitario, pues tú me habías llenado de tu ira. (Jeremías 15, 17)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina