Encontrados 169 resultados para: Jamás

  • Jamás ocurrió debajo del cielo entero nada semejante a lo ocurrido en Jerusalén, como estaba escrito en la ley de Moisés: (Baruc 2, 2)

  • "¡Ah, Señor Dios -exclamé yo-, mira que yo no me he manchado jamás, no he comido desde mi adolescencia hasta ahora bestia muerta ni despezada, ni jamás carne inmunda entró en mi boca!". (Ezequiel 4, 14)

  • haré contigo lo que jamás he hecho ni volveré a hacer jamás, a causa de todas tus nefastas acciones. (Ezequiel 5, 9)

  • tomaste tus vestidos y te preparaste en las colinas tiendas de abigarrados colores, para entregarte en ellas a la lujuria, como no había sucedido ni sucederá jamás. (Ezequiel 16, 16)

  • Ruina, ruina, ruina, como jamás se vio; a esto lo reduciré, hasta que llegue aquel a quien le corresponde el juicio por derecho; a él se lo entregaré. (Ezequiel 21, 32)

  • Te haré objeto de espanto y no existirás más. Se te buscará, pero no se te encontrará jamás, afirma el Señor Dios. (Ezequiel 26, 21)

  • Los caldeos respondieron al rey: "No hay hombre en el mundo que pueda adivinar lo que quiere el rey. Asimismo, jamás hubo rey, gobernador o jefe que preguntase una cosa semejante a algún mago, adivino o astrólogo. (Daniel 2, 10)

  • En los días de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un imperio que jamás será destruido y cuya soberanía no pasará a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos estos imperios, mientras que él subsistirá eternamente, (Daniel 2, 44)

  • Por ello los ministros y los sátrapas se pusieron a buscar un pretexto para poder acusar a Daniel de algún asunto de la administración del reino; pero no lograban encontrar ningún motivo de censura o falta alguna, porque él era leal y jamás se le pudo acusar de negligencia ni de culpa alguna. (Daniel 6, 5)

  • He dado la orden de que en todos los dominios de mi reino tiemblen todos y teman ante el Dios de Daniel: Porque él es el Dios vivo, que existe por los siglos; su reino no será jamás destruido y su imperio no tendrá fin. (Daniel 6, 27)

  • Se le dio poder, gloria e imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder era un poder eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás. (Daniel 7, 14)

  • Y él ha cumplido las amenazas que pronunció contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría caer sobre nosotros un desastre tan grande como no ha habido jamás otro bajo el cielo, como le ha sucedido a Jerusalén. (Daniel 9, 12)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina