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Tú tienes derecho a casarte con ella. Escúchame, hermano. Esta noche hablaré yo a su padre para que te la dé por esposa; y luego, cuando volvamos de Ragués, celebraremos el matrimonio. Sé bien que Ragüel no podrá negártela a ti para casarla con otro, pues se haría reo de muerte según la ley de Moisés, porque tú tienes derecho preferente sobre los demás a casarte con su hija. Escúchame, hermano. Hablaremos de la joven esta noche y la pediremos en matrimonio para ti y, al volver de Ragués, celebraremos la boda y la llevaremos con nosotros a tu casa". (Tobías 6, 13)
Tobías respondió a Rafael: "Hermano Azarías, he oído decir que la joven se ha casado ya siete veces y que los siete maridos murieron en la habitación matrimonial la noche de bodas cuando iban a unirse a ella. He oído también decir que es un demonio quien los mataba. (Tobías 6, 14)
Dijo a Edna, su mujer: "¡Cómo se parece este joven a mi pariente Tobit!". (Tobías 7, 2)
Ragüel entonces se levantó, lo abrazó y se echó a llorar. Después le dijo: "Bendito seas, joven, hijo de un padre tan bueno. ¡Qué pena que un hombre tan honrado y tan caritativo se haya quedado ciego!". Abrazó de nuevo a Tobías, y se puso a llorar. (Tobías 7, 6)
Ragüel lo oyó y dijo al joven: "Come y bebe y pasa alegre la noche, pues nadie tiene el derecho que tú de casarte con mi hija Sara. Además yo no puedo darla a otro que no seas tú, pues eres mi pariente más cercano. Pero debo decirte toda la verdad: (Tobías 7, 10)
Al terminar la cena, se fueron a dormir, y acompañaron al joven a la habitación matrimonial. (Tobías 8, 1)
Bagoas fue adonde estaba Judit, y le dijo: "Que esta hermosa joven no se niegue a venir donde mi señor, para ser agasajada por él, beber con nosotros el vino que causa alegría y ser como una de las mujeres asirias, que viven en el palacio de Nabucodonosor". (Judit 12, 13)
La joven le gustó, y él se apresuró a darle el tratamiento de belleza y alimentos, poniendo a su disposición siete doncellas elegidas entre las mejores del palacio real; luego la llevó con sus doncellas al sitio mejor del harén. (Ester 2, 9)
Cada joven debía presentarse por turno al rey Asuero, pasados los doce meses exigidos por el tratamiento de belleza: seis meses para untarse con aceite de mirra, y otros seis con bálsamo y cosméticos. (Ester 2, 12)
Cuando pasaba al palacio real para presentarse al rey, cada joven podía llevar consigo del harén todo lo que quisiera. (Ester 2, 13)
en cuanto siente el agua reverdece y echa ramas como una planta joven. (Job 14, 9)
Tomó, pues, la palabra Elihú, hijo de Baraquel, el buzita, y dijo: Joven de años soy, y vosotros estáis cargados de ellos; por eso no me atrevía, intimidado, a manifestar mi parecer. (Job 32, 6)