Encontrados 128 resultados para: Mandado

  • David se levantó de madrugada, dejó las ovejas al cuidado de un pastor, tomó su carga y partió, como se lo había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía para tomar posiciones, lanzando gritos de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • David hizo como el Señor le había mandado y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer. (II Samuel 5, 25)

  • Sibá respondió al rey: "Tu servidor hará todo lo que el rey, mi señor, ha mandado a su siervo". Meribaal comía a la mesa del rey, como uno de sus hijos. (II Samuel 9, 11)

  • y había dado órdenes a sus servidores: "Cuando Amnón esté alegre por el vino y yo os diga: ¡Golpead a Amnón!, matadlo. No temáis, porque os lo he mandado yo. Cobrad ánimo y sed valientes". (II Samuel 13, 28)

  • El rey le preguntó: "¿No está contigo la mano de Joab en todo este asunto?". La mujer respondió: "Por tu vida, que no se desvía a la derecha o a la izquierda nada de cuanto dice mi señor, el rey: Tu mismo siervo Joab es quien me ha mandado y me ha indicado todo lo que tenía que decirte. (II Samuel 14, 19)

  • Absalón le respondió: "Te he mandado a decir que vinieses para enviarte al rey con este mensaje: ¿Para qué he venido de Guesur? Me hubiera sido mejor estar todavía allí. Quiero ver al rey; y, si tengo culpa, que me mate". (II Samuel 14, 32)

  • Jirán había mandado al rey cuatro mil ciento cuarenta kilos de oro. (I Reyes 9, 14)

  • y le había ordenado precisamente esto: no ir tras dioses ajenos; y por no haber observado lo que el Señor le había mandado. (I Reyes 11, 10)

  • pues David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor y no se había apartado durante toda su vida en nada de todo lo que el Señor le había mandado, excepto el caso de Urías, el hitita. (I Reyes 15, 5)

  • ¡Vive el Señor, tu Dios!, que no hay pueblo ni reino donde mi amo no haya mandado a buscarte, y cuando se respondía que no estabas allí, hacía jurar a aquel reino o pueblo que no te había encontrado; (I Reyes 18, 10)

  • Entonces el rey de Israel convocó a todos los ancianos del país y dijo: "Considerad y ved la injusticia que éste busca: me ha mandado a pedir mis mujeres y mis hijos, después de no haberle negado mi plata y mi oro". (I Reyes 20, 7)

  • Los hombres de la ciudad de Nabot, los ancianos y los nobles conciudadanos suyos hicieron lo que les había mandado Jezabel, tal y como estaba escrito en las cartas que les había enviado. (I Reyes 21, 11)


“Cuide de estar sempre em estado de graça.” São Padre Pio de Pietrelcina