Encontrados 431 resultados para: comida en el desierto

  • Partieron de Rafidín y llegaron al desierto de Sinaí, donde acamparon. Israel acampó frente a la montaña. (Exodo 19, 2)

  • Estableceré los confines de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos, desde el desierto hasta el río; pondré en vuestras manos a los habitantes del país, y tú los echarás de tu presencia. (Exodo 23, 31)

  • Así se lo prescribió el Señor a Moisés en el monte Sinaí el día que ordenó a los israelitas en el desierto del Sinaí presentar sus ofrendas al Señor. (Levítico 7, 38)

  • El macho cabrío sobre el que haya caído la suerte de Azazel será presentado vivo delante del Señor, para hacer sobre él el rito de absolución y mandarlo al desierto, donde está Azazel. (Levítico 16, 10)

  • pondrá las dos manos sobre su cabeza, confesará sobre él todas las faltas de los israelitas, todas sus transgresiones, todos sus pecados y, una vez cargados sobre la cabeza del macho, lo mandará al desierto por medio de un hombre designado para ello; (Levítico 16, 21)

  • el macho cabrío llevará sobre sí todas sus iniquidades a tierra desierta. El macho cabrío será abandonado en el desierto. (Levítico 16, 22)

  • Después de la puesta del sol será puro y podrá comer de las cosas consagradas, porque son su comida. (Levítico 22, 7)

  • la víctima será comida el mismo día sin dejar nada para el día siguiente: yo, el Señor. (Levítico 22, 30)

  • Lo que produzca la tierra durante su descanso os servirá de comida a ti, a tu siervo y a tu sierva, a tu jornalero y al extranjero residente, a los que viven contigo. (Levítico 25, 6)

  • Los productos de la tierra servirán igualmente de comida a tus ganados y a las bestias salvajes". (Levítico 25, 7)

  • El día uno del segundo mes del segundo año de la salida de Egipto, en el desierto del Sinaí, en la tienda de la reunión, el Señor dijo a Moisés: (Números 1, 1)

  • Tal como el Señor había ordenado a Moisés, así se hizo el censo en el desierto del Sinaí. (Números 1, 19)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina