Encontrados 152 resultados para: lamentaciones de Jeremías

  • El rey Sedecías dijo a Jeremías: "Tengo miedo a los judíos que se han pasado a los caldeos; si caigo en sus manos me maltratarán". (Jeremías 38, 19)

  • Jeremías respondió: "No te entregarán a ellos. Escucha la voz del Señor que yo te he referido y te resultará bien: Salvarás tu vida. (Jeremías 38, 20)

  • Entonces Sedecías dijo a Jeremías: "Nadie se entere de estas palabras; de lo contrario morirás. (Jeremías 38, 24)

  • Vinieron, en efecto, todos los dignatarios a interrogar a Jeremías; pero él les contestó conforme a la sugerencia del rey y no lo molestaron más, pues la conversación no había sido oída. (Jeremías 38, 27)

  • Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia hasta el día en que fue tomada Jerusalén. (Jeremías 38, 28)

  • En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado a Nebuzardán, jefe de la escolta, estas órdenes: (Jeremías 39, 11)

  • mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo entregaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo llevase a su casa. Y así se quedó en medio del pueblo. (Jeremías 39, 14)

  • Estando todavía Jeremías recluido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de parte del Señor en estos términos: (Jeremías 39, 15)

  • Palabra dirigida a Jeremías de parte del Señor, después que fue puesto en libertad en Ramá por Nebuzardán, jefe de la escolta, el cual lo había encontrado aherrojado entre los prisioneros de Jerusalén y Judá que eran deportados a Babilonia. (Jeremías 40, 1)

  • El jefe de la escolta tomó aparte a Jeremías y le dijo: "El Señor, tu Dios, había anunciado la presente desgracia sobre este lugar (Jeremías 40, 2)

  • Y Jeremías se fue a Mispá, donde Godolías, hijo de Ajicán, y vivió con él entre el pueblo que había quedado en el país. (Jeremías 40, 6)

  • se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: "Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)


“Um filho espiritual perguntou a Padre Pio: Como posso recuperar o tempo perdido? Padre Pio respondeu-lhe “Multiplique suas boas obras!” São Padre Pio de Pietrelcina