Encontrados 152 resultados para: lamentaciones de Jeremías

  • Pero Safatías, hijo de Tatán; Guedelías, hijo de Pasjur; Yucal, hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Malquías, habían oído a Jeremías dirigir al pueblo estas palabras: (Jeremías 38, 1)

  • Entonces ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna del príncipe Malquías, situada en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en él. (Jeremías 38, 6)

  • Ebedmélec, eunuco etíope del palacio real, oyó decir que habían echado a Jeremías en la cisterna. Y en una ocasión en que el rey se encontraba en la puerta de Benjamín, (Jeremías 38, 7)

  • "Oh rey, mi señor, mal han procedido todos esos hombres en todo lo que han hecho al profeta Jeremías. Lo han echado en la cisterna, donde va a morir de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad". (Jeremías 38, 9)

  • Entonces el rey dio a Ebedmélec, el etíope, esta orden: "Toma de aquí contigo tres hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera". (Jeremías 38, 10)

  • Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real, en el vestuario del tesoro, tomó unos cuantos trozos de ropas usadas y rotas y se las echó a Jeremías en la cisterna con unas cuerdas. (Jeremías 38, 11)

  • Y dijo a Jeremías: "Ponte estos paños usados y rotos bajo los sobacos, por debajo de las cuerdas". (Jeremías 38, 12)

  • Jeremías lo hizo así, y en seguida tiraron de él con las cuerdas y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías quedó en el patio de la guardia. (Jeremías 38, 13)

  • El rey Sedecías mandó a buscar al profeta Jeremías a la tercera puerta del templo del Señor; el rey dijo a Jeremías: "Tengo que preguntarte una cosa, no me ocultes nada". (Jeremías 38, 14)

  • Jeremías respondió a Sedecías: "Si te lo digo, me harás morir, ¿no es verdad? Si te doy un consejo, no me vas a escuchar". (Jeremías 38, 15)

  • Entonces el rey Sedecías juró en secreto a Jeremías: "¡Vive Dios que nos ha dado el aliento, que no te mataré ni te entregaré en poder de esos que andan buscando tu muerte!". (Jeremías 38, 16)

  • Jeremías dijo a Sedecías: "Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Si sales y te entregas a los generales del rey de Babilonia, salvarás tu vida, y esta ciudad no será entregada a las llamas: te salvarás juntamente con tu familia. (Jeremías 38, 17)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina