Encontrados 306 resultados para: sacrificio humano
En aquel momento llegaron algunos anunciándole que Pilato había matado a unos galileos, mezclando su sangre con la de las víctimas que ofrecían en sacrificio. (Lucas 13, 1)
El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. (Hechos 14, 13)
Con estas palabras lograron a duras penas impedir que la gente les ofreciera un sacrificio. (Hechos 14, 18)
de un solo hombre ha hecho todo el género humano para que habite sobre toda la superficie de la tierra, determinando los tiempos y los límites de su morada, (Hechos 17, 26)
Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Es que Dios es injusto al descargar su ira? Hablo con criterio humano. (Romanos 3, 5)
En efecto, lo que la ley era incapaz de hacer, debido a los bajos instintos del hombre, lo hizo Dios enviando a su propio Hijo en condición semejante a la del hombre pecador, como sacrificio por el pecado y para condenar el pecado en su misma naturaleza humana. (Romanos 8, 3)
Hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios; éste es el culto que debéis ofrecer. (Romanos 12, 1)
pues aún sois carnales. Desde el momento que hay envidias y discordias entre vosotros, ¿no es porque aún sois carnales y vivís a lo humano? (I Corintios 3, 3)
A mí poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni yo mismo me juzgo. (I Corintios 4, 3)
Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor. (I Corintios 8, 1)
Viniendo, pues, a lo de la comida de las carnes ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo. (I Corintios 8, 4)
Si tú, que tienes conocimiento claro de todo esto, te sientas a comer carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, ¿no podrás inducir a que otro, con la conciencia insegura, se decida también a comer esa carne? (I Corintios 8, 10)