Gefunden 138 Ergebnisse für: Manasés

  • A pesar de esto, Yavé no apartó el fuego de su cólera. Estaba enojado contra Judá por todo el mal que había hecho Manasés y había declarado: (2 Reyes 23, 26)

  • Todo esto ocurrió solamente por orden de Yavé. Quería arrojar al pueblo de Judá lejos de su presencia por los pecados de Manasés, (2 Reyes 24, 3)

  • éste de Ajaz, éste de Ezequías, éste de Manasés, (1 Crónicas 3, 13)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés, eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Eran 44.760, listos para la guerra. (1 Crónicas 5, 18)

  • Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Baal-Hermón, Senir y la montaña de Hermón. (1 Crónicas 5, 23)

  • Por lo cual el Dios de Israel excitó contra ellos a Teglatfalasar, rey de Asiria, que deportó a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, y los llevó a Calaj, Haber, Jará y el río Gozan, hasta el día de hoy. (1 Crónicas 5, 26)

  • A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. (1 Crónicas 6, 46)

  • A los hijos de Guersón, según sus familias, trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés, en el Basán. (1 Crónicas 6, 47)

  • Y de la media tribu de Manasés: Aner con sus pastizales, Gat-Rimón con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 55)

  • Para los hijos de Guersón: De las familias de la media tribu de Manasés, Golán, en Basán, con sus pastizales. Astarot con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 56)

  • Hijos de Manasés: Asriel, que le dio a luz su concubina aramea. Esta le dio también a luz a Maquir, padre de Galaad. (1 Crónicas 7, 14)

  • Hijos de Ulam: Bedan. Estos son los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. (1 Crónicas 7, 17)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina