Gefunden 196 Ergebnisse für: Judas Macabeo

  • Se veía constantemente con Judas y sentía por él un sincero aprecio; (II Macabeos 14, 24)

  • le aconsejó que se casara y que tuviera hijos. Judas se casó y vivió tranquilamente, disfrutando de la vida. (II Macabeos 14, 25)

  • Cuando Álcimo vio la comprensión que reinaba entre ellos, consiguió una copia del pacto celebrado y se presentó ante Demetrio, diciéndole que Nicanor abrigaba sentimientos contrarios a los intereses del Estado, ya que había nombrado lugarteniente suyo a Judas, el rival de su reino. (II Macabeos 14, 26)

  • El rey se puso fuera de sí y, excitado por las calumnias de ese miserable, escribió a Nicanor, manifestándole su disgusto por el acuerdo y ordenándole que le mandara inmediatamente preso a Antioquía al Macabeo. (II Macabeos 14, 27)

  • El Macabeo, por su parte, viendo que Nicanor lo trataba más secamente y que le demostraba una gran frialdad en sus relaciones habituales, pensó que esa actitud no presagiaba nada bueno. Entonces reunió a un buen número de sus compañeros y se ocultó de Nicanor. (II Macabeos 14, 30)

  • Cuando este advirtió que Judas se había burlado de él tan hábilmente, se presentó en el augusto y santo Templo, mientras los sacerdotes ofrecían los sacrificios rituales y les exigió que le entregaran a aquel hombre. (II Macabeos 14, 31)

  • él, extendiendo la mano derecha hacia el Santuario, pronunció este juramento: "Si no me entregan prisionero a Judas, arrasaré este recinto consagrado a Dios, derribaré el altar y levantaré aquí mismo un espléndido templo a Dionisos". (II Macabeos 14, 33)

  • Cuando Nicanor supo que los hombres de Judas se hallaban en las regiones de Samaría, resolvió atacarlos sin ningún riesgo el día de descanso. (II Macabeos 15, 1)

  • Nicanor, ensoberbecido sobremanera, había decidido levantar un monumento público, con los trofeos ganados a los hombres de Judas. (II Macabeos 15, 6)

  • Por el contrario, el Macabeo mantenía una confianza inalterable, esperando recibir la ayuda del Señor. (II Macabeos 15, 7)

  • Después Jeremías extendió su mano derecha y entregó a Judas una espada de oro, diciendo mientras se la daba: (II Macabeos 15, 15)

  • Reconfortados con estas bellísimas palabras de Judas, capaces de llevar al heroísmo y de robustecer los corazones juveniles, todos decidieron no quedarse a la defensiva, sino lanzarse valerosamente a la ofensiva, y decidir la situación luchando con la mayor valentía, porque estaban en peligro la Ciudad, las instituciones sagradas y el Santuario. (II Macabeos 15, 17)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina