Gefunden 143 Ergebnisse für: juicio divino

  • El que observa el mandamiento no experimenta ningún mal, y el corazón del sabio sabe que hay un tiempo y un juicio. (Eclesiastés 8, 5)

  • Para cada cosa, en efecto, hay un tiempo y un juicio; pero un gran mal pesa sobre el hombre, (Eclesiastés 8, 6)

  • Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio. (Eclesiastés 11, 9)

  • Dios llevará a juicio todas las obras, aun lo que está escondido, sea bueno o malo. (Eclesiastés 12, 14)

  • vestirá como coraza la justicia, ceñirá como casco un juicio inapelable; (Sabiduría 5, 18)

  • él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, ya que un juicio inexorable espera a los que están arriba. (Sabiduría 6, 5)

  • porque se habían extraviado demasiado lejos, por los caminos del error, tomando por dioses a los animales más viles y despreciables y dejándose engañar como niños sin juicio. (Sabiduría 12, 24)

  • Pero aquellos que no se enmendaron con esa corrección irrisoria soportarán un juicio digno de Dios. (Sabiduría 12, 26)

  • Unas veces, las llamas se apaciguaban para no abrasar a los animales enviados contra los impíos, y para que, al verlas, estos se sintieran perseguidos por un juicio de Dios. (Sabiduría 16, 18)

  • las llamas, por el contrario, no consumían la carne de los seres corruptibles que pasaban por ellas, ni tampoco derretían aquel alimento divino, parecido a la escarcha y tan fácil de disolverse. (Sabiduría 19, 21)

  • Buena es la riqueza, si está libre de pecado, y mala es la pobreza a juicio del impío. (Eclesiástico 13, 24)

  • Pero hay tres clases de gente que aborrezco y que me irritan por su manera de vivir: un pobre soberbio, un rico mentiroso y un viejo adúltero que ha perdido el juicio. (Eclesiástico 25, 2)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina