Gefunden 1973 Ergebnisse für: oso

  • Porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, jactanciosos, soberbios, difamadores, rebeldes con sus padres, desagradecidos, impíos, (II Timoteo 3, 2)

  • sino hospitalario, amigo de hacer el bien, moderado, justo, piadoso, dueño de sí. (Tito 1, 8)

  • Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: «Cretenses, eternos mentirosos, animales perversos, glotones y perezosos». (Tito 1, 12)

  • Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien. (Tito 2, 14)

  • Porque también nosotros antes éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de toda clase de placeres, y vivíamos en la maldad y la envidia, siendo objeto de odio y odiándonos los unos a los otros. (Tito 3, 3)

  • Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, (Tito 3, 6)

  • Esta es una doctrina digna de fe, y quiero que en este punto seas categórico, para que aquellos que han puesto su fe en Dios procuren destacarse por sus buenas obras. Esto sí que es bueno y provechoso para los hombres. (Tito 3, 8)

  • Por eso, nosotros debemos prestar más atención a lo que hemos escuchado, no sea que marchemos a la deriva. (Hebreos 2, 1)

  • ¿cómo nos libraremos nosotros, si rehusamos semejante salvación? Esta salvación, anunciada en primer lugar por el Señor, nos fue luego confirmada por todos aquellos que la habían oído anunciar, (Hebreos 2, 3)

  • Porque Dios no ha sometido a los ángeles el mundo venidero del que nosotros hablamos. (Hebreos 2, 5)

  • En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)

  • mientras que Cristo fue fiel en calidad de Hijo, como jefe de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, con tal que conservemos la seguridad y la esperanza de la que nos gloriamos. (Hebreos 3, 6)


“Que Maria seja toda a razão da sua existência e o guie ao porto seguro da eterna salvação. Que Ela lhe sirva de doce modelo e inspiração na virtude da santa humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina