Gefunden 380 Ergebnisse für: siete truenos

  • El sacerdote de Madián tenía siete hijas. Ellas fueron a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber al rebaño de su padre. (Exodo 2, 16)

  • Los nombres de los hijos de Leví, con sus descendientes, fueron estos: Gersón, Quehat y Merarí. Leví vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 16)

  • Amrám se casó con Ioquébed, su tía, y de ella le nacieron Aarón y Moisés. Amrám vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 20)

  • Así pasaron siete días después que el Señor golpeó las aguas del Nilo. (Exodo 7, 25)

  • Moisés extendió su bastón hacia el cielo, y el Señor envió truenos y granizo. Cayeron rayos sobre la tierra, y el Señor hizo llover granizo sobre Egipto. (Exodo 9, 23)

  • Rueguen al Señor que haga cesar los truenos y el granizo, y yo los dejaré partir. Ya no tendrán que permanecer aquí más tiempo". (Exodo 9, 28)

  • Moisés respondió: "Apenas salga de la ciudad, extenderé mis manos al Señor, y cesarán los truenos y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra pertenece al Señor. (Exodo 9, 29)

  • Después que se alejó del Faraón, Moisés salió de la ciudad y extendió sus manos al Señor. Entonces cesaron los truenos y el granizo, y no cayó más lluvia sobre la tierra. (Exodo 9, 33)

  • Pero cuando el Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, reincidió en su pecado y endureció su corazón, lo mismo que sus servidores. (Exodo 9, 34)

  • Durante siete días ustedes comerán panes sin levadura. A partir del primer día, harán desaparecer la levadura de sus casas, porque todo el que coma pan fermentado, desde el primer día hasta el séptimo, será excluido de Israel. (Exodo 12, 15)

  • Durante esos siete días, no habrá levadura en sus casas, porque todo el que coma algo fermentado, sea extranjero o natural del país, será excluido de la comunidad de Israel. (Exodo 12, 19)

  • Durante siete días, comerás pan sin levadura, y el séptimo día habrá una fiesta en honor del Señor. (Exodo 13, 6)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina