Gefunden 220 Ergebnisse für: Filisteos

  • patrusitas, kaslujitas y kaftoritas, de donde proceden los filisteos. (I Crónicas 1, 12)

  • Trabaron batalla los filisteos contra Israel; huyeron los hombres de Israel ante los filisteos, y cayeron heridos de muerte en el monte Gelboé. (I Crónicas 10, 1)

  • Los filisteos apretaron de cerca a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malki Súa, hijos de Saúl. (I Crónicas 10, 2)

  • Viendo todos los hombres de Israel, que estaban en el valle, que las tropas de Israel se daban a la fuga y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; vinieron los filisteos y se establecieron en ellas. (I Crónicas 10, 7)

  • Al otro día vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y encontraron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte Gelboé. (I Crónicas 10, 8)

  • Despojándole, se llevaron su cabeza y sus armas, y mandaron anunciar la buena nueva por el contorno del país de los filisteos, a sus dioses y al pueblo. (I Crónicas 10, 9)

  • Supieron todos los habitantes de Yabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho con Saúl, (I Crónicas 10, 11)

  • Este estaba con David en Pas Dammim, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla. Había allí una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba ya huyendo delante de los filisteos, (I Crónicas 11, 13)

  • pero él se apostó en medio de la parcela, la defendió y derrotó a los filisteos. Yahveh obró allí una gran victoria. (I Crónicas 11, 14)

  • Tres de los Treinta bajaron a la peña de la cueva de Adullam, donde David, cuando los filisteos se hallaban acampados en el valle de los Refaím. (I Crónicas 11, 15)

  • David estaba a la sazón en el refugio, mientras que una guarnición de filisteos ocupaba Belén. (I Crónicas 11, 16)

  • Rompieron los Tres por el campamento de los filisteos, y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de Belén, se la llevaron y se la ofrecieron a David, pero David no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Yahveh, (I Crónicas 11, 18)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina