14. Ella iba por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a un segundo harén, bajo la vigilancia de Saasgaz, el eunuco del rey encargado de las concubinas. Ya no se presentaba más ante el rey, a no ser que este deseara estar con ella y la llamara expresamente.





“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina