24. Los sacerdotes los inmolaron, y con la sangre derramada sobre el altar ofrecieron un sacrificio expiatorio por todo Israel, porque el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio expiatorio se ofreciera por todo Israel.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina