19. Tú, en tu inmensa bondad, no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no se apartó de ellos durante el día ni la columna de fuego durante la noche, sino que les enseñó la ruta por donde debían caminar.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina