Sabiduría, 17
6. La única cosa que podìan ver erda un fuego terrible que no se extinguía ; y cuando esa visión había ya desaparecido, en su terror exageraban todavía lo que acababan de ver.
6. La única cosa que podìan ver erda un fuego terrible que no se extinguía ; y cuando esa visión había ya desaparecido, en su terror exageraban todavía lo que acababan de ver.
“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina