Salmos, 34
23. Pero el Señor libra el alma de sus siervos, el que se ampara en él no tendrá que pagar.
23. Pero el Señor libra el alma de sus siervos, el que se ampara en él no tendrá que pagar.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina