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Apenas escuchó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot para tomar posesión de ella. (1 Reyes 21, 16)
«Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel en Samaria. Está en la viña de Nabot, para tomar posesión de ella. (1 Reyes 21, 18)
Una de las mujeres de los hermanos profetas llamó a Eliseo, diciendo: «Mi marido ha muerto, y tú sabes que él temía a Dios. Pero el hombre a quien debíamos ha venido a cobrar su deuda y, como no pudimos pagar, quiere tomar a mis dos hijos por esclavos.» (2 Reyes 4, 1)
Escuchen más bien al rey de Asur que les dice: Hagan las paces conmigo y pónganse a mi servicio. Así todos podrán comer de su viña y de su higuera y tomar agua de su propio estanque. (2 Reyes 18, 31)
Cuando los hijos de Ammón vieron que se habían hecho odiosos a David, Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros de guerra y hombres para manejarlos, de Aram de Mesopotamia, Aram de Maacá y de Sobá. (1 Crónicas 19, 6)
También el rey Ciro mandó tomar los utensilios de la Casa de Yavé que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y puesto en la casa de sus dioses. (Esdras 1, 7)
Decidimos no casar nuestras hijas con la gente del país, ni tomar sus hijas para nuestros hijos. (Nehemías 10, 31)
Yo los reprendí y los maldije, hice azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos y los hice jurar en nombre de Yavé: «No deben casar a sus hijas con los hijos de ellos, ni tomar ninguna de sus hijas por esposas; ni ustedes ni los hijos de ustedes. ¿No pecó en esto Salomón, rey de Israel? (Nehemías 13, 25)
Respondió el ángel: «¿Acaso has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te mandó tomar esposa de su familia? Hermano, no te preocupes por el demonio y cásate con ella. Te aseguro que esta misma noche ella será tu esposa. (Tobías 6, 15)
Entonces Ozías y los jefes le dijeron: «Vete en paz, y que el Señor Dios vaya delante de ti para tomar venganza de nuestros enemigos.» (Judit 8, 35)
Nadie, sin embargo, era obligado a tomar más de la cuenta, pues el rey había ordenado a sus mayordomos que respetaran los deseos de cada uno. (Ester 1, 8)
su tienda ya no es suya y la puedes tomar, se esparce azufre sobre su lugar. (Job 18, 15)