Fundar 329 Resultados para: Tribu de Simeón

  • Estos son los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví y Judá, Isacar y Zabulón, (1 Crónicas 2, 1)

  • Hijos de Simeón: Nemuel, Yanun, Yarib, Zéraj y Saúl. (1 Crónicas 4, 24)

  • Algunos de los hijos de Simeón, en número de quinientos hombres, se fueron a la montaña de Seir, siendo sus jefes Selatías, Nearías, Refaías, Uziel, hijo de Ysí; (1 Crónicas 4, 42)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés, eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Eran 44.760, listos para la guerra. (1 Crónicas 5, 18)

  • Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Baal-Hermón, Senir y la montaña de Hermón. (1 Crónicas 5, 23)

  • Por lo cual el Dios de Israel excitó contra ellos a Teglatfalasar, rey de Asiria, que deportó a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, y los llevó a Calaj, Haber, Jará y el río Gozan, hasta el día de hoy. (1 Crónicas 5, 26)

  • Asán con sus pastizales, y Betsemés con sus pastizales. De la tribu de Benjamín: Guebá con sus pastizales, Alémet con sus pastizales y Anatot con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 44)

  • A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. (1 Crónicas 6, 46)

  • A los hijos de Guersón, según sus familias, trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés, en el Basán. (1 Crónicas 6, 47)

  • A los hijos de Merarí, según sus familias, les tocaron en suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón; (1 Crónicas 6, 48)

  • De la tribu de los hijos de Judá, de la tribu de los hijos de Simeón y de la tribu de los hijos de Benjamín, les tocaron en suerte las ciudades a las que pusieron sus nombres. (1 Crónicas 6, 50)

  • En la tribu de Efraím se tomaron ciudades para algunas familias de los hijos de Quehat. (1 Crónicas 6, 51)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina