Fundar 391 Resultados para: reyes amorreos

  • Josué subió de Guilgal, caminó toda la noche y cayó por sorpresa sobre los amorreos. (Josué 10, 9)

  • Aquel día en que Yavé le entregó a los amorreos, Josué se dirigió a Yavé, y dijo a la vista de todo Israel: «Deténte, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayalón.» (Josué 10, 12)

  • Pero los cinco reyes habían huido y se escondieron en la cueva de Maquedá. (Josué 10, 16)

  • Se lo dijeron a Josué: «Hallamos a los cinco reyes; están escondidos en la cueva de Maquedá.» (Josué 10, 17)

  • Luego Josué ordenó: «Abran la entrada de la caverna, saquen a los cinco reyes y tráiganmelos.» (Josué 10, 22)

  • Lo hicieron, llevando a los cinco reyes ante la presencia de Josué: el rey de Jerusalén, el de Hebrón, el de Laquis, el de Jerimot y el rey de Eglón. (Josué 10, 23)

  • Josué reunió a todo Israel y dijo a los capitanes de las tropas: «Acérquense y pongan sus pies sobre el cuello de esos reyes.» Se acercaron, pues, y pusieron sus pies sobre el cuello de los reyes. (Josué 10, 24)

  • Al anochecer descolgaron los cuerpos de los reyes y los arrojaron en la misma cueva donde estaban escondidos y la cerraron con piedras grandes que todavía se ven hoy allí. (Josué 10, 27)

  • De esta forma Josué conquistó toda la parte de los cerros, el desierto de Negueb, el llano y las pendientes con sus reyes. No dejó ningún sobreviviente, sino que consagró en anatema a todo ser viviente, según Yavé lo había ordenado. (Josué 10, 40)

  • Josué venció a todos estos reyes y se apoderó de todas estas tierras de una sola vez, porque Yavé peleó por Israel. (Josué 10, 42)

  • a los reyes que ocupaban las montañas del norte, las estepas al sur de Quineret, la llanura y las alturas de Dor al occidente, (Josué 11, 2)

  • a los cananeos del este y del oeste, a los amorreos, heteos, fereceos y jebuseos de las montañas, también a los jeveos que vivían en las faldas del monte Hermón, en la región de Mizpá. (Josué 11, 3)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina