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  • Ahora ves que el Señor me ha conservado la vida conforme a su promesa. Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor dirigió esta palabra a Moisés, cuando todavía Israel iba por el desierto. Ahora tengo ochenta y cinco años, (Josué 14, 10)

  • El territorio que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, limitaba en su extremo meridional, hacia el sur, con Edóm y el desierto de Cin. (Josué 15, 1)

  • En el desierto: Bet Ha Arabá, Midím, Secacá, (Josué 15, 61)

  • La parte que tocó en suerte a los hijos de José se extendía desde el Jordán, a la altura de Jericó, hasta las aguas de Jericó, por el este; luego venía el desierto, que desde Jericó sube por la montaña hasta Betel; (Josué 16, 1)

  • Por el lado septentrional, el límite partía del Jordán y subía por la pendiente norte de Jericó; luego subía por la montaña hacia el oeste, para terminar en el desierto de Bet Aven. (Josué 18, 12)

  • Y al otro lado del Jordán, al este de Jericó, se designó a Béser -de la tribu de Rubén, que estaba situada en el desierto, sobre el altiplano- a Ramot de Galaad, de la tribu de Gad, y a Golán, situada en Basán y perteneciente a la tribu de Manasés. (Josué 20, 8)

  • De la tribu de Rubén, al otro lado del Jordán les dieron Beser -la ciudad de refugio para los homicidas- que está situada en el desierto, sobre el altiplano, y además, Iahás, (Josué 21, 36)

  • Pero ellos pidieron auxilio al Señor: él interpuso una densa oscuridad entre ustedes y los egipcios, y envió contra ellos el mar, que los cubrió. Ustedes vieron con sus propios ojos lo que hice en Egipto. Luego permanecieron en el desierto durante largo tiempo, (Josué 24, 7)

  • Los del clan de Jobab, el quenita, que había sido suegro de Moisés, subieron con la tribu de Judá desde la ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, al sur de Arad, y se establecieron entre los amalecitas. (Jueces 1, 16)

  • "Está bien, respondió Gedeón; cuando el Señor ponga en mis manos a Zébaj y a Salmuná, desgarraré la carne de ustedes con espinas y cardos del desierto". (Jueces 8, 7)

  • Después tomó a los ancianos de la ciudad, recogió espinas y cardos del desierto e hirió con ellos a los hombres de Sucot. (Jueces 8, 16)

  • Cuando subía de Egipto, caminó por el desierto hasta el Mar Rojo y después llegó a Cades. (Jueces 11, 16)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina