Fundar 257 Resultados para: nación santa

  • ¿O qué dios intentó venir a tomar para sí una nación de en medio de otra, con milagros, signos y prodigios, combatiendo con mano poderosa y brazo fuerte, y realizando tremendas hazañas, como el Señor, tu Dios, lo hizo por ustedes en Egipto, delante de tus mismos ojos? (Deuteronomio 4, 34)

  • Por eso, déjame que los destruya y que borre de la tierra hasta su nombre. De ti, en cambio, suscitaré una nación más numerosa y fuerte que ellos". (Deuteronomio 9, 14)

  • y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios: "Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. (Deuteronomio 26, 5)

  • Inclínate desde tu santa morada, desde lo alto del cielo, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos diste -esa tierra que mana leche y miel- como lo habías jurado a nuestros padres". (Deuteronomio 26, 15)

  • El Señor los deportará, a ti y al rey que hayas puesto para que te gobierne, a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses, dioses de madera y de piedra. (Deuteronomio 28, 36)

  • El Señor alzará contra ti a una nación lejana, que avanzará desde los extremos de la tierra con la velocidad del águila. Será una nación cuya lengua no entiendes, (Deuteronomio 28, 49)

  • Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación, cuando distribuyó a los hombres, él fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Dios. (Deuteronomio 32, 8)

  • Provocaron mis celos con algo que no es Dios, me irritaron con sus ídolos vanos; yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo, los irritaré con una nación insensata. (Deuteronomio 32, 21)

  • Porque los israelitas anduvieron por el desierto durante cuarenta años, o sea, el tiempo suficiente para que desapareciera la nación entera, con los hombres aptos para la guerra que habían salido de Egipto. Como ellos no escucharon la voz del Señor, el Señor juró que no les dejaría ver la tierra que había prometido darnos, de acuerdo con el juramento que hizo a nuestros padres, esa tierra que mana leche y miel. (Josué 5, 6)

  • ¿Y quién es como tu pueblo, como Israel, la única nación sobre la tierra a quien Dios fue a rescatar para hacerla su pueblo y darle un nombre? Tú has realizado en su favor cosas grandes y terribles, expulsando a las naciones y a sus dioses delante del pueblo que rescataste de Egipto. (II Samuel 7, 23)

  • ¡Por la vida del Señor, tu Dios!, no hay nación ni reino adonde mi señor Ajab no te haya mandado buscar. Y cuando decían: No está aquí, él hacía jurar a ese reino y a esa nación que no te habían encontrado. (I Reyes 18, 10)

  • Pero la gente de cada nación se hizo su propio dios y los instalaron en los templos de los lugares altos que habían construido los samaritanos. Cada una de las naciones obró así en la ciudad donde residía: (II Reyes 17, 29)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina