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¡Pues yo sé que son muchas vuestras rebeldías y graves vuestros pecados, opresores del justo, que aceptáis soborno y atropelláis a los pobres en la Puerta! (Amós 5, 12)
¡Arranca tus cabellos, mésate, por los hijos de tus delicias, ensancha tu calva como la del buitre, porque lejos de ti van deportados! (Miqueas 1, 16)
¿Retuércete y grita, hija de Sión, como mujer en parto, porque ahora vas a salir de la ciudad, y en el campo morarás. Llegarás hasta Babel, y allí serás liberada, y allí te rescatará Yahveh de la mano de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)
Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. (Miqueas 5, 1)
¡De ti ha salido el que medita el mal contra Yahveh, el consejero de Belial! (Nahún 1, 11)
¡He aquí por los montes los pies del mensajero de buenas nuevas, el que anuncia la paz! Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos, porque no volverá a pasar por ti Belial: ha sido extirpado totalmente. (Nahún 2, 1)
La Belleza es deportada, arrancada, sus siervas gimen, como gemido de palomas, y se golpean el corazón. (Nahún 2, 8)
Es por las muchas prostituciones de la prostituta, bella de gracia y maestra en sortilegios, que vendía a las naciones con sus prostituciones y a los pueblos con sus sortilegios. (Nahún 3, 4)
En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se estremecen los pabellones de Madián. (Habacuc 3, 7)
¡Ay de la rebelde, la manchada, la ciudad opresora! (Sofonías 3, 1)
El año segundo del rey Darío, el día uno del sexto mes, fue dirigida la palabra de Yahveh, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, ya a Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, en estos términos: (Ageo 1, 1)
Zorobabel, hijo de Sealtiel, Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y todo el Resto del pueblo escucharon la voz de Yahveh, su Dios, y las palabras del profeto Ageo, según la misión que Yahveh su Dios le había encomendado, y temió el pueblo delante de Yahveh. (Ageo 1, 12)