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y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí. (Mateo 10, 38)
Y decía: "Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo, y yo no soy digno de agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. (Marcos 1, 7)
Juan declaró públicamente: "Yo os bautizo con agua, pero ya viene el que es más fuerte que yo, y a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego. (Lucas 3, 16)
Jesús se puso en camino con ellos. No estaban lejos de la casa, cuando el oficial mandó unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres en mi casa. (Lucas 7, 6)
Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo: tenme como a uno de tus jornaleros. (Lucas 15, 19)
El hijo comenzó a decir: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo. (Lucas 15, 21)
viene después de mí, pero yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias". (Juan 1, 27)
Cuando estaba para terminar su misión, Juan decía: Yo no soy lo que vosotros creéis que soy, sino que viene en pos de mí aquel de quien no soy digno de desatar la sandalia. (Hechos 13, 25)
Acerca de los solteros, no tengo ningún precepto del Señor; pero doy mi opinión particular como quien es digno de crédito por la misericordia del Señor. (I Corintios 7, 25)
Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. (II Corintios 10, 18)
Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me ha fortalecido y me ha juzgado digno de confianza llamándome a su servicio (I Timoteo 1, 12)
presentándote como ejemplo de buenas obras, un hombre íntegro en la doctrina, de porte digno, (Tito 2, 7)