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  • Adoran también a los más repugnantes animales, y por su estupidez aun son los peores de todos. (Sabiduría 15, 18)

  • Nada hay en ellos que pueda hacerlos atrayentes, como sucede a veces a la vista de los animales. Hasta fueron excluidos de la aprobación y bendición de Dios. (Sabiduría 15, 19)

  • Por eso fueron castigados con razón por tales animales y atormentados por una multitud de bestias. (Sabiduría 16, 1)

  • Y así aquéllos, aunque estaban ansiosos de alimento, ante el aspecto repugnante de los animales que les enviaste, perdieron las ganas de comer; mientras que tu pueblo, después de una breve privación, gustó un manjar exquisito. (Sabiduría 16, 3)

  • Unas veces la llama se debilitaba, para no consumir los animales enviados contra los malvados y hacerles ver que era la justicia de Dios la que los perseguía. (Sabiduría 16, 18)

  • Aunque no hubiera nada terrible que pudiera asustarlos, ellos, sobresaltados por el paso de los animales y el silbido de las serpientes (Sabiduría 17, 9)

  • la carrera invisible de animales que brincan, el rugido de ferocísimas bestias, el eco repercutiendo en las concavidades de las montañas, todo los dejaba paralizados de terror. (Sabiduría 17, 19)

  • pues los animales terrestres se volvían acuáticos, y los que nadan se trasladaban a la tierra. (Sabiduría 19, 19)

  • Las llamas, por el contrario, no consumían las carnes de endebles animales que en ellas se movían, ni se derretía aquel alimento celestial, semejante al rocío y tan frágil como él. (Sabiduría 19, 21)

  • Allí no existen más que obras extraordinarias y maravillosas, mil géneros de animales y monstruos marinos. (Eclesiástico 43, 25)

  • No es suficiente el Líbano para procurar leña, ni bastan sus animales para el holocausto. (Isaías 40, 16)

  • Bel vacila, Nebo se desploma; sus ídolos son carga de animales y bestias, llevados como fardos sobre bestias extenuadas. (Isaías 46, 1)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina