Fundar 1084 Resultados para: ciudad santuario

  • Entonces Moisés dispuso que se corriera esta orden por el campamento: "Nadie traiga más ofrendas para el santuario". Así se impidió al pueblo hacer nuevas aportaciones, (Exodo 36, 6)

  • Todo el oro empleado en la obra para la construcción del santuario, procedente de las ofrendas, fue de unos mil ciento cincuenta y cinco kilos, según el peso del santuario. (Exodo 38, 24)

  • La plata recogida en el censo de la comunidad sumó unos tres mil seiscientos veinte kilos, según el peso del santuario. (Exodo 38, 25)

  • Seis gramos por cabeza, según el peso del santuario, para los sujetos al censo, de veinte años para arriba, que sumaban seiscientos tres mil quinientos cincuenta. (Exodo 38, 26)

  • Unos tres mil cuatrocientos cincuenta kilos de plata se gastaron en la fundición de las basas del santuario y de la cortina, cien basas, a treinta y cuatro kilos y medio por basa. (Exodo 38, 27)

  • De púrpura violeta, escarlata y carmesí confeccionaron las vestiduras preciosas para el servicio del santuario y las vestiduras sagradas de Aarón, según el Señor había ordenado a Moisés. (Exodo 39, 1)

  • Así se llevó a cabo toda la obra del santuario, o sea, la tienda de la reunión. Los israelitas habían ejecutado todo lo que el Señor había mandado a Moisés. (Exodo 39, 32)

  • mojará el dedo en la sangre y hará siete aspersiones hacia el velo del santuario delante del Señor; (Levítico 4, 6)

  • mojará el dedo en la sangre y hará siete aspersiones hacia el velo del santuario delante del Señor; (Levítico 4, 17)

  • No se podrá comer ninguna víctima de un sacrificio por el pecado, cuya sangre haya entrado en la tienda de la reunión para hacer el rito de absolución en el santuario: será quemada en el fuego". (Levítico 6, 23)

  • Moisés llamó a Misael y Elsafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: "Venid y llevad a vuestros hermanos lejos del santuario, fuera del campamento". (Levítico 10, 4)

  • Puesto que su sangre no fue introducida dentro del santuario, debíais haber comido la carne en ese lugar santo, como yo había ordenado". (Levítico 10, 18)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina