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  • El novillo y el macho cabrío ofrecidos en sacrificio por el pecado, cuya sangre fue introducida en el santuario para hacer el rito de absolución, serán llevados fuera del campamento, con el fin de que sus pieles, carnes y excrementos sean quemados. (Levítico 16, 27)

  • Hará el rito de absolución por el santuario, la tienda de la reunión, el altar, los sacerdotes y toda la comunidad de Israel. (Levítico 16, 33)

  • y lo lleva a la entrada de la tienda de la reunión para presentarlos como ofrenda al Señor ante su santuario, se hace responsable de la sangre derramada y será extirpado de en medio de su pueblo. (Levítico 17, 4)

  • Guardaréis mis sábados y respetaréis mi santuario: yo, el Señor. (Levítico 19, 30)

  • Yo me volveré contra ese hombre y lo extirparé de en medio de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Moloc manchando mi santuario y profanando mi santo nombre. (Levítico 20, 3)

  • No se saldrá del lugar santo para no profanar el santuario de su Dios, pues lleva sobre sí la corona del óleo de la unción de su Dios: yo, el Señor. (Levítico 21, 12)

  • pero no podrá pasar detrás del velo ni acercarse al altar, pues tiene un defecto y no debe profanar mi santuario: yo, el Señor, que los santifico". (Levítico 21, 23)

  • Si uno vende una casa en una ciudad amurallada, tendrá derecho de rescate durante un año a partir de la venta; su derecho de rescate dura un año. (Levítico 25, 29)

  • Si no se ha hecho el rescate dentro del año, esta casa, enclavada dentro de una ciudad amurallada, será para siempre del comprador y de sus descendientes; no perderán la propiedad ni siquiera el año del jubileo. (Levítico 25, 30)

  • Guardaréis mis sábados y veneraréis mi santuario: yo, el Señor. (Levítico 26, 2)

  • el hombre entre veinte y sesenta años, seiscientos gramos de plata, según el peso del santuario; (Levítico 27, 3)

  • Toda valoración será hecha según el peso del santuario, que es de doce gramos cada unidad". (Levítico 27, 25)


“Quanto mais te deixares enraizar na santa humildade, tanto mais íntima será a comunicação da tua alma com Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina