Fundar 3296 Resultados para: historia del pueblo de Israel

  • Después les dio estas órdenes: "Yo voy a reunirme con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la gruta que está en el campo de Efrón, el hitita, (Génesis 49, 29)

  • Ciertamente vosotros os portasteis mal conmigo, pero Dios lo cambió en bien, para hacer lo que hoy estamos viendo, para mantener en vida a un gran pueblo. (Génesis 50, 20)

  • José hizo jurar a los hijos de Israel así: "Ya que Dios vendrá ciertamente en vuestra ayuda, llevaréis de aquí mis huesos". (Génesis 50, 25)

  • Surgió en Egipto un nuevo rey que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: (Exodo 1, 8)

  • "El pueblo israelita es más numeroso y potente que nosotros. (Exodo 1, 9)

  • Dios favoreció a las parteras, y el pueblo siguió multiplicándose, llegando a ser muy poderoso. (Exodo 1, 20)

  • Entonces el Faraón dio esta orden a todo el pueblo: "Echad al río a todo varón que nazca, pero dejad vivir a las niñas". (Exodo 1, 22)

  • El Señor continuó: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arranca su opresión y conozco sus angustias. (Exodo 3, 7)

  • Anda; yo te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas. (Exodo 3, 10)

  • Dios le dijo: "Yo estaré contigo, y ésta será la señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, adoraréis a Dios sobre este monte". (Exodo 3, 12)

  • "Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: Os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto. (Exodo 3, 16)

  • Ellos escucharán tu voz. Tú con los ancianos de Israel irás al rey de Egipto y le diréis: El Señor, Dios de los hebreos, se nos ha aparecido; déjanos ir a tres días de camino por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios. (Exodo 3, 18)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina