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Las tropas que había licenciado Demetrio se pusieron del lado del rey y lucharon contra Demetrio, el cual tuvo que huir derrotado. (I Macabeos 11, 55)
Cuando Simón y sus hijos se pusieron alegres, se levantó con sus hombres, tomaron las armas, volvieron a la sala del festín y mataron a Simón, a sus hijos y a algunos de sus servidores. (I Macabeos 16, 16)
las manifestaciones celestes en favor de aquellos que luchaban valientemente por la causa del judaísmo, tanto que siendo pocos libertaron todo el país y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros, (II Macabeos 2, 21)
Al tiempo que el sumo sacerdote ofrecía el sacrificio por el pecado, se presentaron de nuevo ante Heliodoro los mismos jóvenes, vestidos con las mismas vestiduras; se pusieron ante él y le dijeron: "Da muchas gracias a Onías, sumo sacerdote, pues por él el Señor te ha dejado con vida. (II Macabeos 3, 33)
Y con la ayuda del todopoderoso degollaron a más de nueve mil enemigos, hirieron y dejaron fuera de combate a la mayor parte del ejército de Nicanor, y a todos los pusieron en fuga. (II Macabeos 8, 24)
Llegado el momento, se lanzaron como leones sobre el enemigo; mataron a once mil soldados de infantería, a mil seiscientos de caballería, y pusieron en fuga a todos los demás. (II Macabeos 11, 11)
Luego se pusieron en marcha a las órdenes de su caudillo; el enfrentamiento tuvo lugar en la aldea de Desau. (II Macabeos 14, 16)
Se pusieron dos sillas, una frente a otra. (II Macabeos 14, 21)
No cambies los linderos antiguos que pusieron tus padres. (Proverbios 22, 28)
No os fijéis en que soy morena; es que el sol me ha bronceado. Los hijos de mi madre, airados contra mí, me pusieron a guardar sus viñas; y mi viña, la mía, no la guardé. (Cantar 1, 6)
En efecto, estando celebrando todavía sus duelos funerarios y lamentándose sobre las tumbas de los muertos, ya concibieron otra idea absurda y se pusieron a perseguir como a fugitivos a los que habían suplicado que se fuesen. (Sabiduría 19, 3)
Pusieron fuego a la ciudad santa y convirtieron en desierto sus caminos, (Eclesiástico 49, 6)