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  • Mientras ellos esperaban, Ehud huyó, pasó el lugar llamado "Los Ídolos" y se puso a salvo en Seirá. (Jueces 3, 26)

  • Débora contestó: "Iré contigo; pero el camino que vas a recorrer no será gloria tuya, porque en manos de una mujer entregará el Señor a Sísara". Débora se puso en camino y, con Barac, se dirigió a Cades. (Jueces 4, 9)

  • Gedeón se fue, preparó un cabrito, y con una media fanega de harina hizo panes sin levadura; puso la carne en una cesta y el caldo en una olla, lo llevó bajo la encina y se lo presentó. (Jueces 6, 19)

  • Gedeón levantó allí un altar al Señor y le puso por nombre "El Señor es la paz". Este altar está todavía en Ofrá de Abiezer. (Jueces 6, 24)

  • Gedeón dividió sus trescientos hombres en tres bandos. Puso en sus manos las trompetas y los cántaros vacíos y dentro de ellos teas encendidas, (Jueces 7, 16)

  • Ellos quedaron cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el campamento se puso a correr, a gritar y a huir. (Jueces 7, 21)

  • El Señor puso en vuestras manos a los jefes madianitas, Oreb y Zeb. Lo que yo he hecho, ¿puede compararse con lo que habéis hecho vosotros?". Ante estas palabras, ellos se calmaron. (Jueces 8, 3)

  • También su concubina, que vivía en Siquén, le dio un hijo, al que puso por nombre Abimelec. (Jueces 8, 31)

  • Pero Abimelec lo derrotó y lo puso en fuga, y muchos cayeron muertos antes de alcanzar la puerta de la ciudad. (Jueces 9, 40)

  • tomó a su gente, la dividió en tres bandos y se puso en emboscada en el campo. Cuando los vio salir de la ciudad, se lanzó contra ellos y los derrotó. (Jueces 9, 43)

  • subió con su gente al monte Salmón. Abimelec agarró un hacha, cortó una rama de un árbol, la levantó y la puso sobre sus espaldas. Y dijo a su gente: "Haced rápidamente lo mismo que me habéis visto hacer a mí". (Jueces 9, 48)

  • La mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño crecía y el Señor le bendecía. (Jueces 13, 24)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina