Fundar 831 Resultados para: templo judío

  • Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni es circuncisión lo que aparece exteriormente en la carne; (Romanos 2, 28)

  • sino que es judío el que lo es en el interior, y la verdadera circuncisión es la del corazón, según el espíritu, no según la letra; cuya alabanza no viene de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2, 29)

  • ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío, o cuál es la utilidad de la circuncisión? (Romanos 3, 1)

  • No hay distinción entre el judío y el griego, porque Jesús es el mismo Señor de todos, rico para todos los que lo invocan. (Romanos 10, 12)

  • ¿No sabéis que sois templos de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; (I Corintios 3, 16)

  • porque el templo de Dios, que sois vosotros, es santo. (I Corintios 3, 17)

  • ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros, y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros mismos. (I Corintios 6, 19)

  • ¿No sabéis que los que ejercen funciones sagradas viven del templo, y los que sirven al altar del altar participan? (I Corintios 9, 13)

  • Con los judíos me hago judío; con los que están bajo la ley, como quien está bajo ella, sin estarlo, para ganar a los que están bajo la ley; (I Corintios 9, 20)

  • ¿Qué relación hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templos del Dios vivo. Como dijo Dios: Habitaré y caminaré en medio de ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (II Corintios 6, 16)

  • Cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro en presencia de todos: Si tú, siendo judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿cómo obligas a los paganos a seguir los ritos judíos? (Gálatas 2, 14)

  • No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, pues todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (Gálatas 3, 28)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina