12. Cuando recibía las porciones de manos de los sacerdotes -y estaba él mismo de pie, junto al fuego del altar, con una corona de hermanos a su alrededor como retoños de cedro en el Líbano- lo rodeaban como troncos de palmera





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina