Job, 9
33. ¡Si hubiera al menos un árbitro entre nosotros, que pusiera su mano sobre los dos,
33. ¡Si hubiera al menos un árbitro entre nosotros, que pusiera su mano sobre los dos,
“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina