Salmos, 43
2. Pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar yo triste, bajo la opresión de mi enemigo?
2. Pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar yo triste, bajo la opresión de mi enemigo?
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina