Löydetty 524 Tulokset: Bel

  • Ella lo adormeció, tejió las siete trenzas de su cabellera en la urdimbre y las apretó con el peine. Luego gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!» Sansón despertó y arrancó la urdimbre con sus trenzas. Y así Dalila no conoció el secreto de su fuerza. (Jueces 16, 14)

  • Dalila adormeció a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Inmediatamente empezó a debilitarse y se le fue su fuerza. (Jueces 16, 19)

  • La cabellera de Sansón comenzó a crecer en cuanto se la raparon. (Jueces 16, 22)

  • Había en Belén de Judá un joven levita, descendiente de Moisés, que vivía allí como forastero. (Jueces 17, 7)

  • Un día dejó Belén y salió al camino para ver dónde podría establecerse como forastero. Llegó a los cerros de Efraím, a la casa de Miqueas. (Jueces 17, 8)

  • Este le preguntó: «¿De dónde vienes?» Y contestó: «Soy levita y vengo caminando de Belén; ando en busca de algún lugar en el cual me pueda quedar como forastero.» (Jueces 17, 9)

  • En aquel tiempo aún no había rey en Israel. Un levita que residía como forastero en los confines de los cerros de Efraím tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. (Jueces 19, 1)

  • Esta mujer lo engañó y luego volvió a la casa de su padre, en Belén de Judá, donde permaneció unos cuatro meses. (Jueces 19, 2)

  • Y él respondió: «Estamos de paso, venimos de Belén de Judá y vamos hasta los confines de los cerros de Efraím, de donde soy. Fui a Belén de Judá y ahora vuelvo a mi casa, pero aquí nadie me ha ofrecido la suya. (Jueces 19, 18)

  • En toda esta tropa había setecientos hombres valientes, todos zurdos, capaces de lanzar una piedra con la honda contra un cabello, sin errar el tiro. (Jueces 20, 16)

  • En los tiempos en que gobernaban los Jueces en Israel, hubo una gran hambruna en el país. Debido a eso, un hombre de Belén de Judá se trasladó a los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1, 1)

  • Y continuando el camino llegaron las dos a Belén. Todo la gente se impresionó al verlas llegar. (Rut 1, 19)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina