Löydetty 76 Tulokset: Botín

  • Los hijos de Israel se llevaron de entre sus hermanos de Judá a doscientos mil prisioneros: mujeres, hijos e hijas; se apoderaron también de un enorme botín que se llevaron a Samaria. (2 Crónicas 28, 8)

  • Entonces la tropa dejó los prisioneros y el botín delante de los jefes y de toda la asamblea. (2 Crónicas 28, 14)

  • Se levantaron los hombres antes mencionados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con prendas tomadas del botín a todos los que estaban desnudos, dándoles además calzado. Les dieron de comer y beber y los lavaron; transportando en burros a todos los que estaban más débiles, los llevaron a la frontera de su patria, a Jericó, ciudad de las Palmeras, y luego se volvieron a Samaria. (2 Crónicas 28, 15)

  • Diles que se sometan, no sea que yo vaya furioso contra ellos. Cubriré la tierra con los pies de mis soldados, a los que entregaré el país como botín. (Judit 2, 7)

  • Subamos, señor Holofernes, que serán un botín para tu ejército.» (Judit 5, 24)

  • Los israelitas que volvían de la matanza se adueñaron del resto; también los hombres de las aldeas y granjas de las llanuras y montañas recogieron gran botín de todo lo que los enemigos habían abandonado. (Judit 15, 7)

  • ¡Huyen, huyen los reyes con sus tropas! Una sirvienta reparte el botín: (Salmos 68, 13)

  • los objetos preciosos que hacían su fama fueron llevados como botín, sus niños fueron asesinados en las plazas, y sus jóvenes pasados por la espada de los enemigos. (1 Macabeos 2, 9)

  • Recogido el botín, Judas se quedó con la espada de Apolonio y, desde entonces, la usó siempre en los combates. (1 Macabeos 3, 12)

  • él les dijo: «No piensen ahora en el botín, pues otra batalla nos espera. (1 Macabeos 4, 17)

  • Judas y sus hombres volvieron entonces para saquear el campamento. Recogieron un valioso botín. (1 Macabeos 4, 23)

  • Inmediatamente, Judas volvió con su ejército hacia el desierto de Bosorá, ocupó la ciudad, pasó al filo de la espada a todos los hombres, se apoderó del botín y luego incendió la ciudad. (1 Macabeos 5, 28)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina