Löydetty 389 Tulokset: Jacob

  • Irán a verlo todas las nacionesy subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: «Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob,para que nos enseñe sus caminosy caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión,de Jerusalén sale la palabra de Yavé.» (Isaías 2, 3)

  • Pueblo de Jacob, ven: ¡caminemos a la luz de Yavé! (Isaías 2, 5)

  • Yavé, has rechazado a tu pueblo, a los hijos de Jacob, porque su país está lleno de adivinos y de magos, como los hay entre los paganos, y se ven numerosos extranjeros. (Isaías 2, 6)

  • Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío. (Isaías 8, 17)

  • El Señor ha lanzado una sentencia contra Jacob, y ha caído en Israel. (Isaías 9, 7)

  • Aquel día el resto de Israel y los sobrevivientes de la familia de Jacob ya no le pedirán ayuda al que les pega, sino que le pedirán ayuda a Yavé, el Santo de Israel, y serán sinceros con él. (Isaías 10, 20)

  • «Un resto volverá», un resto de Jacob se volverá hacia el Dios fuerte. (Isaías 10, 21)

  • Sí, Yavé se compadecerá de Jacob, dará su preferencia a Israel y volverá a instalarlo en su patria. El extranjero seguirá también sus pasos y se juntará a los de la familia de Jacob. (Isaías 14, 1)

  • La fama de Jacob perderá su brillo y enflaquecerá su cuerpo. Como el segador toma un manojo de trigo y corta con su mano las espigas; (Isaías 17, 4)

  • En los días que vienen le saldrán brotes a Jacob, Israel dará brotes y florecerá, y sus frutos llenarán el mundo entero. (Isaías 27, 6)

  • Ahora bien, así es como será pagada la falta de Jacob, como será expiado su pecado: tendrá que hacer pedazos sus altares y moler sus piedras como se hace polvo la piedra de cal, y no levantar más postes sagrados o monumentos de piedra en honor al sol. (Isaías 27, 9)

  • Por todo esto, así lo declara Yavé, Dios de la familia de Jacob, él, que rescató a Abraham: «En adelante, Jacob ya no será defraudado ni tendrá por qué verse pálido, (Isaías 29, 22)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina