Löydetty 461 Tulokset: fuentes de agua viva

  • Le reclamaron a Moisés, diciendo: «Danos agua para beber.» Moisés les contestó: «¿Por qué me reclaman ustedes a mí?, ¿por qué tientan a Yavé?» (Exodo 17, 2)

  • Yo estaré allá delante de ti, sobre la roca. Golpearás la roca y de ella saldrá agua, y el pueblo tendrá para beber.» Moisés lo hizo así, en presencia de los jefes de Israel. (Exodo 17, 6)

  • Ustedes sólo servirán a Yavé, y yo bendeciré tu pan y tu agua, y apartaré de ti todas las enfermedades. (Exodo 23, 25)

  • Harás también de oro las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las ofrendas liquidas. (Exodo 25, 29)

  • Luego pedirás a Aarón y sus hijos que se acerquen a la entrada de la Tienda de las Citas y los lavarás con agua. (Exodo 29, 4)

  • «Harás una pila de bronce con un pie de bronce para el lavatorio. La colocarás entre la Tienda de las Citas y el altar y se echará agua en ella (Exodo 30, 18)

  • para que Aarón y sus hijos se laven las manos y los pies. Que se laven con esta agua cuando entren a la Tienda de las Citas, no sea que mueran. (Exodo 30, 19)

  • Después tomó el ternero que habían fabricado, lo quemó y lo machacó hasta reducirlo a polvo. Y dio de beber al pueblo agua con este polvo mezclado. (Exodo 32, 20)

  • Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la Alianza, los diez mandamientos. (Exodo 34, 28)

  • Hizo también los utensilios que están en la mesa; las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las libaciones; todo era de oro. (Exodo 37, 16)

  • Colocarás el altar de los holocaustos ante la entrada de la Tienda de las Citas. Pondrás la pila entre la Tienda de las Citas y el Altar y echarás agua en ella. (Exodo 40, 6)

  • Después mandarás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Tienda de las Citas y los lavarás con agua. (Exodo 40, 12)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina