Löydetty 235 Tulokset: sed

  • Allí entró Jesús para abrirnos el camino, hecho sumo sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. (Carta a los Hebreos 6, 20)

  • Se sabe que Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando volvía de derrotar a los reyes; bendijo a Abrahán (Carta a los Hebreos 7, 1)

  • y Abrahán le dio la décima parte de todo el botín. El nombre de Melquisedec significa «rey de justicia», y además era rey de Salem, o sea, «rey de paz». (Carta a los Hebreos 7, 2)

  • Y aquí Melquisedec, que no tiene nada que ver con los hijos de Leví, cobra de Abrahán el diezmo y después bendice a Abrahán, el hombre de las promesas de Dios; (Carta a los Hebreos 7, 6)

  • En el primer caso, los hijos de Leví que cobran el diezmo son hombres que mueren; en cambio, Melquisedec es presentado como el que vive. (Carta a los Hebreos 7, 8)

  • pues de alguna manera Leví estaba en su abuelo Abrahán cuando Melquisedec le vino al encuentro. (Carta a los Hebreos 7, 10)

  • Así, pues, si bien el sacerdocio de los levitas es el fundamento de las instituciones de Israel, no son capaces de llevar al pueblo a la religión perfecta. Si no, ¿qué necesidad habría de otro sacerdocio, no a semejanza de Aarón, sino a semejanza de Melquisedec? (Carta a los Hebreos 7, 11)

  • Todo esto se hace más claro si el sacerdote a semejanza de Melquisedec recibe su cargo (Carta a los Hebreos 7, 15)

  • Pues la Escritura dice: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. (Carta a los Hebreos 7, 17)

  • Cada uno es tentado por su propia codicia, que lo arrastra y lo seduce; (Carta de Santiago 1, 14)

  • No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y de seducir a las almas poco firmes. Son gente maldita, que tienen el corazón ejercitado en la codicia. (2º Carta de Pedro 2, 14)

  • En este mundo se han presentado muchos seductores, que no reconocen a Jesús como el Mesías venido en la carne. En eso mismo se reconoce al impostor y al anticristo. (2º Carta de Juan 1, 7)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina