Löydetty 722 Tulokset: Iba
Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel. (Hechos 8, 3)
Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Palabra. (Hechos 8, 4)
diciéndoles: «Les ruego que me den ese poder a mí también, para que aquel a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo». (Hechos 8, 19)
Felipe se encontró en Azoto, y en todas las ciudades por donde pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a Cesarea. (Hechos 8, 40)
Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. (Hechos 9, 3)
La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo. (Hechos 9, 31)
Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba. (Hechos 9, 37)
Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas. (Hechos 9, 39)
Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región. (Hechos 13, 49)
donde permaneció tres meses. Cuando iba a embarcarse para Siria, los judíos tramaron una conspiración contra él, y por eso, decidió volver por Macedonia. (Hechos 20, 3)
Nosotros nos adelantamos en barco, navegando en dirección a Asos, donde debíamos recoger a Pablo. Él lo había dispuesto así, porque iba a hacer el viaje por tierra. (Hechos 20, 13)
Como encontramos un barco que iba a Fenicia, subimos a bordo y partimos. (Hechos 21, 2)