Löydetty 679 Tulokset: Israelitas

  • Ellos imitaron las costumbres de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas, y las que habían introducido los reyes de Israel. (II Reyes 17, 8)

  • Los israelitas perpetraron contra el Señor, su Dios, acciones indebidas: se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, tanto en las torres de guardia como en las plazas fuertes; (II Reyes 17, 9)

  • Los israelitas imitaron todos los pecados que había cometido Jeroboám, y no se apartaron de ellos, (II Reyes 17, 22)

  • El rey de Asiria hizo venir gente de Babilonia, de Cut, de Avá, de Jamat y de Sefarvaim, y la estableció en las ciudades de Samaría, en lugar de los israelitas. Ellos tomaron posesión de Samaría y ocuparon sus ciudades. (II Reyes 17, 24)

  • Hizo desaparecer los lugares altos, rompió las piedras conmemorativas, taló el poste sagrado e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta esos días los israelitas le quemaban incienso; se la llamaba Nejustán. (II Reyes 18, 4)

  • El rey de Asiria deportó a los israelitas a Asiria y los estableció en Jalaj, y también junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. (II Reyes 18, 11)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. (II Reyes 21, 2)

  • Pero ellos no escucharon, y Manasés los extravió, de manera que obraron peor que las naciones que el Señor había exterminado delante de los israelitas. (II Reyes 21, 9)

  • Los reyes que reinaron en Edóm antes que los israelitas tuvieran un rey son los siguientes: Bela, hijo de Beor, reinó en Edóm, y el nombre de su ciudad era Dinhabá. (I Crónicas 1, 43)

  • Los israelitas dieron a los levitas estas ciudades con sus campos de pastoreo. (I Crónicas 6, 49)

  • Cuando fueron deportados a Babilonia por sus infidelidades, todos los israelitas estaban registrados en las listas genealógicas y en el libro de los reyes de Israel y de Judá. (I Crónicas 9, 1)

  • Los primeros que volvieron a habitar en sus propiedades y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y empleados del Templo. (I Crónicas 9, 2)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina